Por Enrique Pascual, Presidente del Consejo Regulador de Ribera del Duero
La viña en Ribera del Duero sigue su curso, ajena a pandemias o acontecimientos planetarios. El trabajo en el campo es considerado esencial, y se desarrolló con las pertinentes medidas durante el estado de alarma. Las circunstancias de 2020 tampoco paralizaron a las bodegas, que, eso sí, tuvieron que reinventarse, buscar nuevas formas de comunicación con el consumidor, implantar puntos de venta online, hacer llegar sus vinos a cualquier lugar del mundo a pesar de las restricciones. Porque el vino no entiende de fronteras ni de barreras. El vino es un elemento vivo y necesario en nuestro día a día. Nuestra forma de vivir, de disfrutar, de socializar, de descansar, de recrearnos… Cualquier momento del día a día está maridado con vino, lleva el sello de las bodegas de Ribera del Duero.
Por eso, en 2020 y en 2021, Ribera del Duero ha sido de todos, ha estado presente en todos los hogares, acompañando el confinamiento y cuando ha vuelto la vida en la calle. Primero en casa, luego también en bares y restaurantes. Y así seguirá siendo. El Espíritu Ribera se vive y se bebe en los vinos que ahora están presentando nuestras bodegas. Los elegantes, potentes y expresivos tintos producto de la cosecha 2016, que fue récord histórico de producción en la Denominación de Origen Ribera del Duero. La uva de esa campaña, que apuntaba maneras, ha dado incluso más de lo que se esperaba, resultando vinos longevos y espectaculares, grandes tintos de Ribera del Duero que están sorprendiendo muy gratamente en su evolución. Difícil, justa y compleja fue la cosecha de 2017. Afortunadamente los profesionales de la DO saben enfrentarse a todo tipo de retos, son expertos en prevenir y en anticiparse a lo que pueda pasar. Los vinos de esta añada son muy interesantes, atractivos en boca y con grandes posibilidades de evolución. En lo que se refiere a 2018, añada calificada como Muy Buena, los vinos procedentes de esa larga vendimia son frescos y equilibrados, con jugosas sensaciones frutales. Tintos duraderos, que van a tener un envejecimiento sublime.
Las bodegas nos brindan en estos días la oportunidad de disfrutar de los jóvenes y jóvenes roble de la añada 2019, aclamada como Excelente. Frescura, color y mucha fruta en tintos y rosados. Y una explosión de sabor en los primeros blancos Ribera del Duero, regalo para los sentidos que nos descubre el potencial infinito de nuestra Albillo Mayor. Muy atentos estamos a lo que nos ofrecerá 2020, esa vendimia extraña, larga, compleja, que acompañó una climatología rebelde. Las primeras catas dejan grandes sensaciones. Pero esperaremos un poco para brindar por todo lo alto con los vinos elaborados en el marco de la pandemia, los Riberas que sin duda van a pasar a la historia como los vinos más valientes.
Autor: Enrique Pascual. Presidente del Consejo Regulador de Ribera del Duero.