Cuando llega el otoño, es el momento de pensar en recoger la remolacha en condiciones óptimas para conseguir el mayor rendimiento posible por hectárea, mejorando la cuenta de resultados de la explotación
El cultivo que ha estado madurando durante todo el ciclo con el cuidado y esmero del agricultor, bien merece, que tengamos en cuenta un aspecto tan importante como es la recolección y su almacenamiento.
¿Por qué es importante la calidad de arranque?
Cuando un agricultor empieza la cosecha, lo primero en lo que debe fijarse es en los trocitos de remolacha que quedan esparcidos por el campo. La primera consecuencia directa que tendrá este hecho para el agricultor es la pérdida de peso ya que esa remolacha no entrará en la fábrica.
La segunda, menos visible pero no por ello menos importante que la anterior, es la cantidad de heridas y cortes que tiene la raíz, que aumentan la tasa de respiración y el incremento de los azúcares reductores, disminuyendo alarmantemente la riqueza y la calidad industrial de la remolacha.
En la cosecha, lo primero en lo que debemos fijarnos es en los trocitos de remolacha que quedan esparcidos por el campo
Por último, el efecto de la mala calidad en la recolección se verá incrementado conforme el tiempo de almacenamiento en campo sea mayor, puesto que la raíz será más sensible a las variaciones de temperatura, lo que influye en la tasa de respiración.
¿Cuál sería una regulación adecuada de los equipos de recolección para optimizar el proceso?
Una recolección adecuada, será la que tenga en cuenta los siguientes parámetros en la regulación de la cosechadora:
- Velocidad de trabajo en condiciones normales debe ser de 5 km/h. No obstante, la velocidad idónea para cada parcela, es la adecuada a las condiciones de humedad del suelo y tipo de suelo, no superando el flujo de entrada de raíz a la capacidad elevadora de la cinta, puesto que se producirán roturas.
- Deshojado limpio y hojas esparcidas regularmente por el campo. Todo el tren de arranque trabaja horizontal y con las mismas consignas de regulación en cada elemento.
- Cuchillas de descoronado. El descoronado adecuado se da cuando las remolachas están entre menos de 2 cm de peciolo y un corte de sección próximo a una moneda de 2 €. En la corona también hay azúcar, no descoronar en exceso. Esto se consigue con la regulación de altura adecuada de ambas ruedas laterales del tren de descoronado, regulación del muelle de presión de cada elemento (adaptación a coronas de remolachas pequeñas), distancia del rodillo a las cuchillas y el ángulo de ataque de las mismas.
- Discos de arranque y rejas. Regulación del ángulo de ataque de los discos arrancadores y/o sistema de rejas vibradoras con excéntrica. La distancia entre las rejas es fundamental para minimizar las roturas. Normalmente en torno a 10-12 cm será idónea. Minimizar la rotura de colas para que sea menor de 3-4 cm. Esto se consigue cuando la raíz sale lo más vertical posible del suelo.
- Velocidad adecuada de los soles limpiadores. Influyen en la rotura de raíces y la tara de tierra. Ha de ser adecuada a las condiciones del terreno, tener las suficientes revoluciones como para limpiar pero partiendo y rozando lo menos posible la raíz. En seco serán necesarias menos revoluciones que con el terreno húmedo. Menos heridas en la raíz significa menor tasa de respiración y por lo tanto mejor VTIR.
- Correcto estado de los soles limpiadores. Los radios de los soles han de estar sin roturas ni torceduras y equidistantes entre ellos.
- Arrancador y árbol de mayales a la misma altura. El arrancador ha de tener la misma línea de arranque en profundidad y esta ser constante. Esto se consigue con la correcta regulación de sensores, muelles y tornillos de regulación. Se ha mover la menor cantidad de tierra posible permitiendo el arranque lo más vertical posible de la raíz.
- Latiguillos con ausencia de fugas de aceite.
- Correcto engrase de los elementos móviles.
- Ausencia de holguras en los rodamientos.
- Correcta regulación del sistema de hilerado en equipos descompuestos: Cordón de remolacha bien hilerado y limpio de tierra.
¿Cómo acopio mi remolacha en condiciones óptimas hasta su recepción?
Teniendo en cuenta todo lo anterior y con nuestra remolacha recolectada en buenas condiciones, habrá sólo que seguir unos consejos, bien conocidos por el agricultor en el acopio de su remolacha.
La forma del montón ha de ser rectangular, sin exceder de 7 m de ancho y 2,5 m de alto, para facilitar el flujo de aire a través del montón evitando así el excesivo calentamiento de la parte interna y bajando al máximo la tasa de respiración.
El descoronado adecuado se da cuando las remolachas están entre menos de 2 cm de peciolo y un corte de sección parecido a una moneda de 2 €
La calibración de los equipos de arranque en la labor previa evitará barro y hojas en el montón, que aumentan la humedad dentro, fomentando podredumbre de las raíces.
En los meses de campaña, los factores tiempo de almacenamiento y temperatura ambiental, se han de tener muy en cuenta. Es conveniente, no sobrepasar una semana en montón a inicios de campaña por las altas temperaturas diurnas. En los meses de invierno el problema es el deterioro por fuertes heladas. Aunque en este periodo hay menor respiración por las bajas temperaturas, no se debe sobrepasar los 20-25 días de almacenamiento en campo.
Fuente: Revista Tecnoremolacha.