Valladolid se convirtió este martes, 10 de diciembre, en el epicentro de una protesta que reunió más de 150 tractores y 150 agricultores a pie. Convocada por la Unión Nacional de Asociaciones del Sector Primario Independientes (Unaspi) y varias asociaciones de Castilla y León, la tractorada recorrió la ciudad exigiendo medidas urgentes ante la crisis que afecta al sector agrícola y ganadero. Los manifestantes denunciaron que los problemas que llevaron a las movilizaciones del año pasado siguen sin resolverse, y acusaron a los políticos de inacción.
La protesta comenzó con una marcha lenta de tractores que bloqueó diversas calles, como la Avenida de Salamanca y el Paseo Isabel La Católica, lo que provocó importantes atascos en la ciudad. El tráfico se colapsó en zonas como el Puente Mayor y otras arterias cercanas. Los participantes, que exigían más apoyo para el sector, reclamaron que las normativas y los precios de los insumos continúan ahogando a los productores.
Carlos Duque, portavoz de Unaspi, advirtió que «el campo sigue igual que hace un año», criticando la falta de acción política frente a una situación que considera insostenible. Según Duque, las normativas, junto con la competencia desleal de los países que forman parte del Tratado de Mercosur, están perjudicando gravemente a los agricultores españoles. «Es una lápida más para el sector primario en Europa», dijo, aludiendo a las dificultades que enfrentan los productores locales frente a unos costes más altos y unas condiciones más estrictas en comparación con los productores de fuera de la UE.
Los manifestantes denunciaron además la subida desmesurada de los precios de los insumos, la ley de fitosanitarios y el cuaderno digital, que, según ellos, están haciendo cada vez más inviable la actividad agraria. La movilización también incluyó un fuerte llamamiento a la sociedad urbana, que, según los manifestantes, será la que más sufrirá las consecuencias de una crisis que afecta a la producción de alimentos. «Cuando todos comamos mierda, el campo sobrevivirá, pero la gente de la ciudad lo va a pasar mal», advirtió Duque, haciendo hincapié en que la falta de apoyo al campo tendrá un impacto directo en los precios de los alimentos.
Los manifestantes entregaron sus reivindicaciones a las autoridades. Entre ellas, destacan la necesidad de unas políticas agrícolas más justas y la revisión de acuerdos internacionales como el de Mercosur, que según los agricultores, favorecen a los productores de fuera de la UE a costa de los locales.
El acto terminó con un firme mensaje de movilización continua: «Este año será movido de concentraciones y manifestaciones. Si no nos escuchan, tendremos que ir a quemar el Congreso», avisaron los organizadores, dejando claro que la lucha por la supervivencia del campo está lejos de haber terminado.