Una de las mayores preocupaciones es, cuando un técnico o un agricultor tiene que afrontar ese momento, en el que el herbicida que siempre había sido eficaz, para controlar vallico, amapola, avena loca, etc.. en sus cereales, leguminosas…, deja de “funcionar”. Sobre todo, en unos momentos por los que la presión regulatoria europea y española, están provocando la perdida de muchas materias activas y familias químicas fundamentales, y que junto con la rotación de cultivos y labores culturales son fundamentales para hacer un buen manejo y gestión de las malas hierbas.
Que son las resistencias: las podemos definir, como la capacidad de una mala hierba para sobrevivir y sobre todo reproducirse a un herbicida que hasta el momento era “letal”. Normalmente antes de producirse una resistencia, generalmente podemos observar síntomas como las “tolerancias”, es decir, que cada año, necesitamos una mayor dosis de herbicida para controlar ese vallico, avena, amapola, etc.
En general, las resistencias se pueden agrupar en dos tipos, cruzadas y múltiples.
R.Cruzadas: es cuando la mala hierba “biotipo” crea la resistencia a toda una familia química de herbicidas que tienen el mismo modo de acción. Ejemplo: Resistencia de las Amapolas a la familia ALS, entre las que están las denominadas “Sulfonilureas”
R.Múltiples: Cuando el “biotipo” crea la resistencia varios tipos de herbicida con modos de acción distintos al mismo tiempo. Amapolas resistentes a las Sulfonilureas y al 2,4 D (auxínico).
Uno de los factores clave a la hora de provocar o generar resistencias en nuestras explotaciones, comarcas… (desde el punto de vista del uso en este caso de los herbicidas), es que, pese a que el agricultor utiliza distintas materias activas, marcas de productos, en muchas ocasiones no cambia el “modo de acción” que tiene ese herbicida, que está asociado con lo que llamamos “Familia Química”. Por ejemplo, en los herbicidas que denominamos de Post-emegencia, también llamados de contacto, que se pueden utilizar en los cereales y en sus rotaciones, normalmente hay dos modos de acción. Los ACCAsa y los ALS, pese a que hay mas de 15 materias activas. Algo similar sucede con los herbicidas de hoja ancha de post-emergencia, donde las familias químicas, más utilizadas en general a dos igualmente, ALS y Auxinicos. Sin embargo, el número de familias químicas o modos de acción en los denominados herbicidas de pre-emergencia o residuales, el abanico de materias activas y modos de acción es muchísimo mas amplio. Hasta 10 familias químicas diferentes. Esto es clave manejarlo correctamente, junto con una correcta rotación de cultivos y un manejo de labores culturales, para tener un manejo eficiente de las malas hierbas, y evitar esas temidas resistencias.
Como puedo detectar las resistencias:
Por suerte, de momento las resistencias detectadas son puntuales y están muy localizadas, pero están apareciendo cada vez en mas lugares. En la mayoría de las ocasiones, el mal control o eficacia de un herbicida, no es por un tema de resistencias afortunadamente, si no de momento de aplicación. Aspectos clave como la absorción y la traslocación de un herbicida, en el momento de su aplicación determina su correcta eficacia. Actividad de la mala hierba, (determinada por la temperatura y humedad), amplitudes térmicas, que influyen en una correcta traslocación del herbicida, fisiología y tamaño de la mala hierba (pilosidad[RPN1] , emisión de ceras, etc), que dificulta la absorción.
Qué señales o aspectos podemos observar en nuestras parcelas antes de la aparición de una resistencia: Tolerancias, o la necesidad de aumentar dosis de herbicidas para obtener el mismo resultado. Presenciar malas hierbas perfectamente controladas y otras sin control alguno. Control de unas especies y otras no, que antes eran bien controladas. Uso de herbicidas con el mismo modo de acción, por ejemplo, en el cereal y en su rotación. Pequeños focos en la explotación o en la comarca (la aparición suele ser puntual y progresiva).
Medidas preventivas:
• Emplear los herbicidas solo cuando sea necesario
• Utilizar la Rotación de cultivos de otoño con cultivos de primavera
• Alternar con cultivos de especies diferentes
• Programas de control integrado: Herbicidas, laboreo, siegas
• Limpieza de equipos de recolección
• Utilización de semillas sanas y sin impurezas
• Vigilar las eficacias y comprobar a que son debido los posibles fallos.
• Utilizar los herbicidas según las recomendaciones de los fabricantes.
• Combinar herbicidas con distintos modos de acción, durante el mismo ciclo del cultivo, o en cultivos sucesivos
• Consulta y asesoramiento por un técnico.
Autor: Rubén del Val . Regional Marketing Técnico de ADAMA.
