Aumentar la biodiversidad y sostenibilidad de los sistemas agrarios es una de las metas a conseguir
Autor: José Ignacio Velasco Calvo. Ingeniero Agrónomo y Secretario Técnico del COIACLC.
Hace cinco años la ONU aprobó la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible, una oportunidad para que los países y sus sociedades emprendan un nuevo camino con el que mejorar la vida de todos, sin dejar a nadie atrás. La misma cuenta con 17 Objetivos que incluyen desde la eliminación de la pobreza hasta el combate al cambio climático, la educación, la igualdad de la mujer, la defensa del medio ambiente o el diseño de nuestras ciudades.
En este artículo abordaremos algunos datos significativos, entre ellos cómo nuestra profesión actúa frente a los retos planteados y cómo mejorar esta acción.
Objetivos 1 y 2: Poner fin a la pobreza y al hambre. Incrementar la seguridad alimentaria.
- Unos 783 millones de personas viven por debajo del umbral de pobreza internacional, con 1,90 dólares diarios.
- El sector de la agricultura es el mayor empleador del mundo y proporciona medios de vida al 40% de la población mundial actual. Es la mayor fuente de empleo e ingresos para los hogares rurales pobres.
Mejorar las producciones agrícola y ganadera y la comercialización de los productos obtenidos en las zonas de mayor pobreza (Asia y África y América del Sur) mediante la formación y la asistencia técnica, ha sido una labor esencial realizada a través de diferentes organizaciones no gubernamentales de cooperación internacional desde hace muchos años. Aumentar la biodiversidad y sostenibilidad de los sistemas agrarios debe ser una de las metas a conseguir junto a una mayor capacidad de adaptación al cambio climático, los fenómenos meteorológicos extremos, las sequías, las inundaciones y otros desastres, y la mejora progresiva de la calidad del suelo y la tierra.
Objetivos 6 y 12: Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible. Garantizar modalidades de consumo y producción responsables.
- Aproximadamente el 70% de todas las aguas extraídas de los ríos, lagos y acuíferos se utilizan para el riego.
- El sector de la alimentación representa alrededor del 30% del consumo total de energía en el mundo y un 22% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Aumentar el uso eficiente de los recursos hídricos en el regadío es uno de los objetivos en los que se trabaja desde hace muchos años, modernizando regadíos, construyendo balsas de acumulación y regulación, y usando telecontrol y diversos sistemas de asesoramiento al regante. El éxito de estos objetivos porque sigan extendiéndose a nivel regional y mundial.
Reducir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y suministro (incluidas las posteriores a la cosecha), son metas de las que se ocupan tanto los técnicos de las explotaciones agrícolas y ganaderas como los encargados de la producción en las industrias agroalimentarias, todos ellos verdaderos especialistas en su campo.
Lo mismo sucede con la reducción de la generación de desechos mediante actividades de prevención, reducción, reciclado y reutilización. En estos aspectos tanto la gestión de residuos ganaderos como el aprovechamiento de los subproductos agroindustriales están en la base de la llamada “economía circular”.
La agricultura de precisión y las nuevas técnicas de fertilización, la gestión integrada de plagas y enfermedades en los cultivos y la misma agricultura ecológica, con enfoques diferentes pero objetivos similares, son tendencias actuales en la consecución de producciones responsables desde los puntos de vista social, medioambiental y económico.
Objetivos 13 y 15: Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos. Luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras, así como la pérdida de biodiversidad
- Entre 2000 y 2010 se produjo un incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero mayor que en las tres décadas anteriores.
- El 52% de la tierra utilizada para la agricultura se ve moderada o severamente afectada por la degradación del suelo.
- Solo tres cultivos de cereales (arroz, maíz y trigo) proporcionan el 60% de la ingesta energética.
La adaptación de los cultivos al cambio climático mediante la investigación de nuevas variedades y sistemas de producción y la transferencia de estos conocimientos hacia los agricultores y ganaderos es un objetivo primordial de cara a los próximos años de muchas instituciones centradas en la agricultura y ganadería.
Luchar contra la desertificación, rehabilitar las tierras y los suelos degradados se ha convertido en una base fundamental de los técnicos que trabajan en la conservación de los suelos y en su consideración como organismos vivos cargados de biodiversidad y con capacidad de autorregulación.
En resumen, el amplio papel que desempeñan en diferentes ámbitos los ingenieros agrónomos es primordial en la consecución de los objetivos mencionados, y su cumplimiento marcado para 2030 ha de ser una guía para los profesionales del sector en su desempeño diario.
Más información: https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/