Optar por sembrar semilla certificada supone una serie de ventajas al agricultor que se materializan en una mayor rentabilidad económica del cultivo
Se acerca una fecha clave para el cultivo del cereal. Es en estos meses donde los agricultores tienen que decidir si optaran por sembrar una variedad u otra dentro de una determinada especie, de la amplia oferta que pone a su disposición el sector obtentor, fruto del esfuerzo y el progreso genético. También es el momento en el que el agricultor tiene que decidir si destinará para la siembra parte del grano obtenido de su propia cosecha, o en su lugar, si comprará semilla certificada de alguna de las dos categorías comerciales que existen, de primera reproducción (R1) o de segunda reproducción (R2).
La siembra es el inicio del cultivo, y para conseguir un correcto desarrollo inicial del mismo, tan importante es realizar esta siembra en unas condiciones óptimas del terreno como utilizar un material de reproducción de la máxima calidad.
En esta decisión tan delicada para el agricultor, apostar por sembrar semilla certificada es el mejor acierto. La semilla certificada ofrece al agricultor un producto de máxima calidad, que es sometido a rigurosos controles oficiales tanto en el campo como en el laboratorio. Esta calidad está garantizada por el doble control ejercido, tanto por la empresa productora como por el Organismo oficial responsable, de modo que este control ofrece unas garantías en relación a su origen, trazabilidad, homogeneidad, pureza específica, pureza varietal, germinación, ausencia de otras semillas no deseadas en la siembra, sanidad, humedad, etc.
Además de garantizar una calidad que es establecida por el Reglamento Técnico de Control y Certificación, optar por sembrar semilla certificada supone una serie de ventajas al agricultor que se materializan en una mayor rentabilidad económica del cultivo. Estas ventajas principalmente son:
- Un ahorro significativo en la dosis de siembra, como consecuencia de la garantía de la germinación que ofrece la semilla certificada. Esto se ve recompensado con una necesidad menor de dosis de siembra por hectárea.
- Un ahorro en el tiempo invertido por el agricultor en la preparación de la semilla. Con la semilla certificada no es necesario acondicionar el grano por el agricultor de su propia cosecha, ni almacenarlo durante los meses que trascurren desde la cosecha hasta la siembra.
- Una garantía de sanidad del cultivo desde sus primeras fases vegetativas, que ayudará a su óptimo desarrollo. La semilla certificada cuenta con controles específicos para asegurar que no presente infecciones derivadas de enfermedades fúngicas transmisibles por semillas, tales como los conocidos carbones o helmintosporiosis de la cebada. Estas enfermedades normalmente no muestran síntomas visibles en la semilla, de ahí el riesgo alto de contaminación.
- Un incremento en los rendimientos puesto que la semilla certificada está seleccionada y tratada para garantizar la mejor implantación del cultivo.
- Una reducción en la aparición de malas hierbas en la parcela debido a que esta semilla certificada cuenta también con rigurosos controles durante su producción para garantizar una pureza específica y la no existencia de granos de especies no deseables, tales como avenas locas o vallicos, entre otras. La presencia de estas “malas hierbas” obliga al agricultor a un control de coste muy elevado, mermando la rentabilidad económica del cultivo.
Por último, en esta decisión que tiene que hacer el agricultor, no se puede obviar el análisis de la diferencia en coste que existe entre comprar semilla certificada y acondicionar para la siembra el grano de su propia cosecha. Antes de iniciar este estudio es importante destacar que, evaluando el reparto de los costes totales medios de la producción de cereal, la semilla viene a representar, según la siguiente tabla, únicamente 15 % de este total.
Si bien los precios medios de las materias primas tienen fluctuaciones importantes como las que se han visto estos últimos años, para realizar este análisis de los costes por hectárea para el agricultor que conlleva sembrar semilla certificada frente a su grano acondicionado, se considera los precios medios actuales de la presente campaña de otoño de 2021. Para ello se toma un precio medio de la semilla certificada de cebada correspondiente a la categoría R2 de 390 €/Tm y un precio del grano de cosecha de 220 €/Tm.
Costes | Semilla Certificada | Grano Acondicionado |
Dosis semilla Kg/ha | 180 | 220 |
Coste semilla R-2 €/ha | 70 | – |
Interés de capital | 1,92 | |
Destríos de la maquila (10%) | 4,84 | |
Coste grano €/ha | – | 48,40 |
Selección del grano €/ha | – | 7 |
Tratamiento fungicida €/ha | – | 2 |
Almacenamiento y transporte € /ha | – | 2 |
TOTAL €/ha | 70 | 66 |
Diferencia €/ ha | 4 | |
Riesgo de problemas previo a la siembra | Bajo | Alto |
Como se observa en anterior tabla, la diferencia media en favor del grano acondicionado es de aproximadamente 4 € por hectárea. Esta diferencia puede variar en función de diferentes factores como son las mermas que tenga el grano cuando es acondicionado para la siembra o de su poder germinativo, que depende en gran medida de la calidad del mismo tras ser cosechado, de su manejo posterior por el agricultor y de su almacenamiento.
La diferencia en coste es compensada por el incremento productivo que aporta la semilla certificada. Además de ello, no se debe olvidar el ahorro económico que se logra gracias a la reducción en la aplicación de tratamientos para el control de malas hierbas y el ahorro en el tiempo que se destina al manejo del grano, así como mayor comodidad del manejo de la semilla certificada para el agricultor.
Son muchos los agricultores cerealistas que a lo largo de estos últimos años se han convencido de estas ventajas que les aporta la siembra en sus explotaciones de semilla certificada. Gracias a ello, estos agricultores han experimentado un incremento de la rentabilidad económica de su actividad.
Con las últimas cifras de consumo en España de semilla certificada de cereales durante la pasada campaña 2020-2021, alcanzando un 37 % de la superficie cultivada, se puede concluir afirmando que cada año son más los agricultores que apuestan por sembrar semilla certificada, asegurando de esta manera una garantía de cosecha.
Autor: Javier Álvarez Matilla. Ingeniero Agrónomo. Anove.