Conversamos con tres agricultores de Castilla y León sobre cómo es su experiencia con este cultivo tras varios años sembrándolo
La camelina es un cultivo oleaginoso (Camelina sativa L., Familia: Brasicáceas) con un requerimiento moderado de insumos agrícolas y que presenta elevadas reducciones de emisiones de Gases de Efecto Invernadero. En España su cultivo no para de crecer, actualmente ya hay más de 4.200 hectáreas, de las cuales más de 1.700 se cultivan en Castilla y León.
Este cultivo se caracteriza por su tolerancia a las heladas y a la sequía, por lo que se realiza su siembra en otoño, y es íntegramente mecanizable con maquinaria comercial empleada en el cultivo de cereales de invierno (tanto sembradoras como cosechadoras no necesitan modificación alguna).
David Aguayo de Valdecañas de Cerrato: “Un cultivo muy seguro”
Para David Aguayo Hierro de Valdecañas de Cerrato (Palencia) esta es la cuarta campaña cultivado camelina y esta muy satisfecho. “Empecé con 40 hectáreas y ahora siembro ya 130. Es un cultivo muy fácil de manejar y se siembra con la maquinaria del cereal”, explica este agricultor palentino. Uno de los aspectos que hay que tener en cuenta es que se siembra de forma muy superficial “porque la semilla es muy fina y como mucho no hay que dejarla a más de centímetro y medio de profundidad”, advierte Aguayo.
La camelina constituye una excelente alternativa para terrenos de barbecho, así como cultivo de rotación con el cereal tradicional, especialmente en aquellas regiones en las que no exista alternativa oleaginosa para la rotación.
Para este agricultor en su zona es una mejor opción que el girasol. “La camelina es una oleaginosa y en mi zona el girasol no da bien. Con la camelina tienes la ventaja que se siembra a mediados de noviembre y es lo primero que se cosecha”, explica. Para Aguayo mientras el girasol te chupa la humedad en verano y te esquilma la tierra, “la camelina con un ciclo más corto, no agota tanto las reservas porque coge los recursos de muy abajo gracias a su raíz pivotante”, detalla.
David Aguayo: Es un cultivo con unos rendimientos muy estables independientemente de lo que llueva
Las parcelas de cereal sembradas detrás de una camelina presentan generalmente mejores rendimientos, debido a las ventajas de incluir una oleaginosa en rotación con cereal: estructuración del suelo, recirculación de nutrientes y mejora el control de malas hierbas, insectos y enfermedades. “Gracias a su raíz pivotante te deja la tierra más suelta, hueca dejando un barbecho muy bueno sin el exceso de paja del cereal”, comenta David Aguayo.
Para la siembra del cultivo de camelina no es indispensable la siembra sobre barbecho, ya que se puede sembrar en los meses de octubre-noviembre fecha en la que las malas hierbas han germinado y el agricultor ha podido preparar el terreno de forma correcta para la implantación del cultivo. “Es una de sus ventajas, la siembras en noviembre cuando ya ha llovido y purgado bien las tierras para poder limpiarla de malas hierbas. También que con un antigramíneo en febrero eliminas todo, bromo, vallico, etc.”, explica este agricultor palentino.
Para David Aguayo otro de los puntos a favor de este cultivo es que es un cultivo muy seguro y con unos rendimientos muy estables independientemente de si llueve más o menos cada año. “Este año hemos sacado unos 1700 kilos por hectárea que ha sido un año que ha venido muy bien para los cereales. Pero el año pasado, que fue bastante seco, sacamos unos 1.500 kilos por hectárea que también es muy buena producción”, señala. También, apunta como detalle final, “la camelina tiene la ventaja de que se cosecha muy pronto y te vas quitando trabajo de cosecha y no se te amontona todo”. La cosecha se realiza cuando los frutos cambian de color verde a color amarillo cremoso. Una fecha que suele adelantarse a la cosecha de los cereales en cada zona.
Benito Juárez de Medina de Rioseco: “Una alternativa más rentable que el girasol”
Los rendimientos de camelina tienden a ser similares a los del girasol bajo condiciones de precipitación óptimas y correcta aplicación del protocolo de cultivo. Sus costes de producción son menores a los de un cereal y el precio del grano ha sido mayor al del girasol en las últimas campañas agrícolas.
Para Benito Juárez Vallecillo de Medina de Rioseco, la camelina es una opción mucho más rentable que el girasol porque los costes son menores, las producciones mayores y el precio más alto. “A diferencia del girasol la puedes sembrar y cosechar con tu maquinaria y mientras que con el girasol te cuesta llegar a los 1.0000 kilos por hectárea, con la camelina pasas los 1.500 kilos por hectárea son ningún problema”, explica este agricultor vallisoletano.
El precio es otro aliciente remarca este productor. “La camelina sabes por contrato que tiene un precio base de 338 euros del que hay que descontar impurezas. Yo este año he cobrado tras los descuentos 323 euros por tonelada mientras que el girasol ha rondado los 300 euros por tonelada”.
Camelina Company España realiza contratos con agricultores para la siembra de camelina, proporcionando sus variedades exclusivas, seguimiento técnico a lo largo del ciclo del cultivo, así como la garantía de compra de la totalidad de la cosecha de grano de camelina. La compañía, por medio de sus técnicos regionales, asesora al agricultor en el momento de la siembra regulando la sembradora, en el mes de enero-febrero para la toma de decisión en cuanto a la aplicación de herbicidas y abono nitrogenado, y en la regulación de la cosechadora, principalmente.
Benito Juárez: La camelina es una alternativa mucho más rentable que el girasol
Según Juárez los gastos de esta oleaginosa son muchos menores que el girasol. “Los herbicidas son más baratos que en el girasol y si dejas purgar bien las tierras incluso no hacen falta. El abonado es menos que para un cereal”, señala este agricultor vallisoletano.
El abonado de fondo se realiza generalmente previo a la labor de siembra, aportando en esta etapa las unidades de fósforo y potasio recomendadas, así como el 30% de las unidades de nitrógeno y azufre recomendadas.
El abonado de cobertera se realiza preferiblemente en estado de roseta (antes del inicio de elongación del tallo), generalmente coincidiendo con en el mes de febrero o marzo. En el abonado de cobertera se aplica entorno al 70% del nitrógeno y del azufre recomendados.
Siguiendo con la comparación con el girasol, Benito Juárez comenta que este cultivo te deja el terreno más limpio. “El girasol te queda broza, más palos, sin embargo, la camelina es más como el cereal, mucho más limpio”.
Para este agricultor es una opción de rotación muy buena y sencilla, que no supone ninguna dificultad a la hora del manejo. “Es tan fácil de llevar como un cereal. La dosis de siembra varía entre 7 y 8 kg/ha y hay que procurar dejar la semilla de manera superficial porque es muy fina”.
La densidad de siembra recomendada es de 8 kg/ha. La fecha de siembra óptima para este cultivo es el otoño. Dentro de este periodo hay que elegir la fecha ideal en función de las precipitaciones y control de malas hierbas de cada parcela. Preferiblemente hay que sembrarla entre octubre y noviembre.
Miriam Delgado de Villaquirán de la Puebla (Burgos) “Gastas menos que con el cereal y el precio es mejor”
Miriam Delgado y su hermano Roberto llevan tres años sembrando camelina, los dos primeros en convencional y el último en simbra directa. Como Benito y David empezaron con unas pocas hectáreas y cada año, como están más contentos, siembran más. “En nuestro caso funcionó el boca a boca. Gente de la zona había empezado a sembrarla y como veíamos que iba bien fuimos a una charla para informarnos de las características de este cultivo. Nos convenció y tras empezar con 30 hectáreas hemos aumentado año tras año hasta las 70 hectáreas actuales”, comenta Miriam.
Según estos hermanos es un cultivo idóneo para incluir en cualquier rotación. “Es fácil de manejar, muy parecida al cereal. Antes nosotros tras el cereal sembrábamos forrajes, pero desde hace tres años ponemos camelina y va muy bien. Se puede sembrar en secano, aguanta muy bien las heladas porque es una semilla que sale adelante y es fuerte”, explica esta agricultora burgalesa.
La camelina es un cultivo con menos costes que otros más tradicionales. “Comparado con el cereal inviertes en menos inputs ya que a este tiene más gasto en herbicidas, fungicidas, etc. Con la camelina coges menos producción que con el cereal, pero está mejor pagada y tiene menos costes. Al cereal le dedicas mas tiempo y dinero que a este cultivo que es más de ciclo corto”, señala Miriam.
Miriam Delgado: Nosotros cada año sembramos más superficie porque da resultado
El cultivo de camelina se encuentra dentro de la Ayuda asociada a los cultivos proteicos de la nueva PAC 2015-2020. Quedan excluidos de esta ayuda el secano de los municipios cuyo rendimiento del plan de regionalización productiva (IRC) sea igual o inferior a 2.000 kg/ha. El importe de la ayuda ronda los 40 euros/hectárea para las oleaginosas. Los importes varían dependiendo de las superficies cultivadas en el conjunto del Estado. La ayuda es otra ventaja más que ofrece a la que hay que añadir menos malas hierbas, mejor precio y resistencia a la sequía. “Mientras que el cereal aguanta peor la falta de precipitaciones la camelina lleva mejor la falta de agua y es más estable en las producciones. Hace dos años que nos faltó agua y el cereal se vio más afectado y la camelina no tanto”, comenta esta productora.
Para Miriam y su hermano Roberto es un cultivo que hay que probar. “Es un cultivo que va muy bien en Castilla y León y el que prueba repite al año siguiente. Nosotros cada año sembramos más superficie porque da resultado”, asegura esta joven agricultora.