El socio de AVAC, Eusebio Miguel, ofrece una charla sobre esta técnica en ASAJA Palencia
El socio de AVAC, Eusebio Miguel Martínez, estuvo en ASAJA Palencia para ofrecer una conferencia sobre la Agricultura de Conservación. Este agricultor comentó que poco a poco vemos hacia donde se encamina la futura PAC con frases que nos van adelantando como: “producción más sostenible”, “apostar por mejores prácticas productivas”, “conseguir más con menos”, “somos un sector que tiene obligatoriedad en cumplimiento de bajar los niveles de co2” ,“4 por mil” “intentar aumentar la capacidad de absorción de carbono en los suelos agrícolas en un 0,4 %” “limitar la subida de temperatura entre 1,5 y 2 grados” . Pero hasta ese momento, “es necesario mejorar mucho en la tecnología con máquinas de siembra directa con doble y hasta triple aporte: semilla, abono, insecticida, fungicida” o en el caso de los herbicidas, “tener seguridad en la existencia del GLIFOSATO pues a día de hoy está en el aire”.
Martinez explicó que estos últimos años, estamos viendo grandes avances en variedades, abonos químicos, medios técnicos, que el progreso nos está dando. “Pero por encima de todo está el suelo que es, ha sido, y será el recurso básico de la actividad agrícola. El efecto de nuestra técnica nos ayudara a protegerlo o a empobrecerlo”.
El socio de AVAC comentó que los productos químicos están mal vistos en general por el mal uso que de ello se están dando en ciertos lugares del planeta debido a fumigaciones aéreas “indiscriminadas” o el uso como desecantes en ciertos cultivos muy cercanos a la recolección que hacen que aparezcan restos de estos. En España, en cambio, prosiguió, el uso de la agricultura de conservación con dosis de productos bajos, con una legislación clara de buenas prácticas, tanto de aplicación como de protección; el riesgo es tan bajo que no consideramos que sean unos productos peligrosos ni para el aplicador ni para el consumidor. “Algo para la reflexión. Si fuera tan toxico como es que en los campos de agricultura de conservación tenemos los suelos con miles de lombrices, zabro, gusanos de alambre, conejos, corzos y ahora topillos”, señaló.
Eusebio Miguel advirtió que en la agricultura de conservación es “vital la formación e información”, pues esta técnica requiere estar en constante formación, técnico-practica. Con esta esta técnica “gastaremos menos, reduciremos riesgo, y aun recogiendo menos, ganaremos igual. Otra las ventajas que ofrece la agricultura de conservación, señaló, es que dejando los rastrojos en superficie se genera suelo fértil, que tendrá como consecuencia mejores cosechas y todo esto gastando menos. “Pasamos de ser agricultor-labrador a ser Agricultor-Productor mirando tanto al cielo como al suelo”.
Este agricultor palentino comentó que a lo largo de casi veinte años dejando los restos del rastrojo, he ido viendo el aumento de la materia orgánica desde 0.4% a 2.5% incluso más. “Es especialmente llamativo el aumento de lombrices; en un conteo realizado en un metro cuadrado en un perfil de doce centímetros en labranza convencional encontré dos lombrices, en una parcela después de diez años en agricultura de conservación más de cuarenta”.
A pesar de estas ventajas, Eusebio advirtió que en siembra directa no siempre se obtienen resultados deseados, “yo mismo he experimentado algunos fracasos, y con ellos he aprendido. Conozco algunos casos de agricultores que han fracasado por distintos motivos, pero estos fracasos no son atribuibles a la siembra directa como técnica si no a su mala aplicación”.
Según este agricultor de Torquemada, es literalmente imposible aplicar la misma norma para todas las zonas, pues hay infinidad de factures diferentes en cada una de ellas, pero si unos conceptos básicos que ayuden a encauzarla como: Primero: Creer en ella, segundo: Si fallamos, buscar donde estuvo el error y corregirlo y tercero: Poner entusiasmo en el trabajo, tiempo y práctica, mucha práctica.
Una imagen de la Jornada sobre Agricultura de Conservación celebrada en ASAJA Palencia.
Para Eusebio, la agricultura de conservación es una práctica aconsejable para cualquier explotación que exige ser generosos con el suelo y también rotación y diversificar riesgos. “La rotación en siembra directa adquiere especial relevancia y tiene grandes ventajas añadidas, tan importantes, que podrían determinar el éxito o el fracaso de la técnica”.
El socio de AVAC explicó que no se puede concebir una agricultura viable basada en el monocultivo, y con esta técnica, a la vez que reducimos el gasto en gasóleo y abono, disminuye paralelamente el impacto sobre el medio ambiente. “En contra de lo que se pudiera pensar yo mantengo que la agricultura de conservación el empleo de herbicidas a medio largo plazo es menor que en la convencional”. Para este productor, con una adecuada rotación del cultivo, el tratamiento pre-siembra en el momento oportuno y empleando el producto idóneo, la invasión de malas hierbas será menor.
Martínez señaló que alternar cultivos con distintos ciclos vegetativos nos permite ampliar la campaña de siembra mejorando su adaptación. “Cada cultivo a su época adecuada, disponiendo de mucho más tiempo real de siembra. La ventaja añadida de este plan o estrategia de cultivos solo es posible de llevar acabo con la siembra directa”. Esto, prosiguió, “nos permite emplear todo el tiempo útil disponible para la siembra y no gastar tiempo en labores previas que exigiría la agricultura convencional”.
Eusebio Miguel, para finalizar dejo una reflexión: “cierto es que los agricultores que practicamos esta técnica de agricultura de conservación tenemos una particular filosofía de vida, no sé cuáles serán los motivos, pero la agricultura de conservación, nos crea una especie de adicción, nos engancha, y sobre todo, nos ilusiona y genera en nosotros un permanente afán de superación, que también se trasfiere a la vida cotidiana”, señaló.
