“La agricultura de conservación es la respuesta para que las explotaciones de secano sean viables y rentables”
Estamos inmersos en proceso de toma de decisiones de cara a la Reforma de la PAC 2020-2023. ¿Cómo presidente de AVAC cree que es imprescindible un Ecoesquema específico para la Agricultura de Conservación?
Sí, desde luego, no solo por ser una práctica respetuosa con el medio ambiente y sostenible, también porque es viable económicamente y una de las únicas alternativas que quedan para determinadas zonas de España.
La agricultura de conservación es el futuro y se debe potenciar por las diferentes administraciones, en un contexto de inputs cada vez más altos y precios muy ajustados es la solución para mitigar la diferencia que hay entre costes e ingresos.
La agricultura de conservación es la respuesta para que las explotaciones de secano puedan ser viables y rentables. Pienso que se debería incentivar y premiar porque si seguimos la premisa que de que el que contamina paga y el que descontamina cobra, las técnicas que fomentan la sostenibilidad, deberían tener un premio e incentivarse económicamente.
Actualmente, el glifosato tiene una prórroga de uso de dos años. ¿Se puede mantener económicamente una explotación de agricultura de conservación si prohíben el uso de este producto?
No, si nos prohíben su utilización no tenemos un sustituto de momento que sea eficaz ni agronómicamente ni económicamente. Es un sin sentido porque, si lo prohíben, habría que ir a productos más caros, aplicando más dosis y la persistencia en nuestros suelos sería mayor. El glifosato en 48 horas está degradado y se aplica en dosis muy bajas de como máximo 2 litros. En España lo aplicamos antes de implantar el cultivo, sobre las malas hierbas y brotes de rizos, evitando los procedimientos mecánicos que producen erosión en el suelo y más huella de carbono..
El glifosato es un producto imprescindible, eficaz y con un precio asequible. Si desapareciera, al no haber un sustituto natural deberíamos volver al arado de las tierras y retroceder unos 40 años.
La rotación de cultivos es una herramienta imprescindible en cualquier explotación de secano bajo agricultura de conservación. ¿Qué recomendación de rotación haría a los cerealistas de secano teniendo en cuenta las pocas alternativas viables donde elegir?
En la agricultura continental cerealista de secano hay pocas alternativas. Tenemos leguminosas como vezas y yeros, proteaginosas como los guisantes y oleaginosas como el girasol y la colza. También hay alternativas en las legumbres como las lentejas y los garbanzos para consumo humano.
La rotación de cultivos es fundamental, para evitar malas hierbas y resistencias, y poder combatir estas de la mejor manera, en un entorno donde cada vez tenemos menos materias activas.
En cuestiones de maquinaria de siembra directa, ¿qué novedades hay en este momento?
Las novedades hoy en día pasan por localizar el abono junto a la semilla y a mayores aplicar microgranulados como micorrizas o insecticidas. Las máquinas de siembra directa llevan ahora hasta tres distribuidores para poder sembrar la semilla a la vez que se aplica fertilizantes y estos microganulados.
También se ha avanzado mucho en agricultura de precisión con software y hardware para, gracias a los mapas de rendimiento, hacer una dosificación variable en función de la fertilidad del suelo aplicando más o menos semilla, abono o estas micorrizas. La agricultura de precisión que se oferta ahora requiere una cierta especialización porque son máquinas sofisticadas, pero son el presente y el futuro por las posibilidades que ofrecen.
En pulverización también se ha avanzado mucho, tendiéndose cada vez más a equipos más grandes y con mayor anchura de trabajo. Equipados también con las ultimas tecnologías, evitan los solapes con boquillas que se cierran y se abren automáticamente ahorrando en herbicidas, evitando el despilfarro y siendo más sostenibles y respetuosos.
Otro problema en la agricultura de conservación es el control de malas hierbas de hoja estrecha. ¿Cuáles son las malas hierbas que les “quitan mas el sueño” a los agricultores de esta técnica?
Nuestros mayores problemas pasan por el Bromo, el vallico como la vulpia y en menor medida la avena loca. En hoja ancha últimamente tenemos problemas con unas nuevas amapolas muy resistentes a los herbicidas.
Las materias activas para combatir a las malas hierbas son cada vez menos y más “light”. Si no tenemos materias activas, tendremos que volver al laboreo y no es lo que queremos. Necesitamos un listado de materias activas estable, sostenible, que junto con la rotación de cultivos haga la agricultura viable.
Desde su experiencia y conocimiento, ¿cómo ha sido la evolución de la agricultura de conservación en lo que se refiere a explotaciones y mentalidad de los agricultores?
La agricultura de conservación comenzó en España hace 40 años fijándonos en lo que se hacía en américa con maquinas rudimentarias. Unos pocos pensamos que era la única manera de hacer la agricultura, evitando la erosión y mejorando la estructura del suelo.
Hoy en día ha evolucionado mucho y cada vez se ha ido incorporando mucha más gente. Hay corrientes más puristas partidarias de no labrar nada y otros en función de sus necesidades de hacer mínimo laboreo o cada tres años arar, algo que a mi personalmente no me gusta.
Cada uno tiene su “librillo” pero indudablemente es una técnica que va a más y que si no eliminan más materias activas de forma irracional, seguirá creciendo porque es viable económicamente y sostenible.
Hay grupos de presión que se empeñan en demonizar esta práctica y que piensan que hay que volver hacer la agricultura que se practicaba hace 200 años. Pienso que hay que evolucionar y mejorar de la mano de la sociedad y la administración, explicándoles, la verdad y las ventajas de esta práctica.
A escasos días del arranque de la campaña generalizada de siega, ¿Qué nos puede decir de la evolución positiva que están teniendo los precios de los cereales?
Los precios han tenido un repunte, algo muy positivo, que ha permitido a algunos agricultores que tenían algo de grano almacenado coger buenos precios. Pero debemos huir de euforias porque que se está pagando 200 euros por tonelada que no es nada del otro mundo ya que en los años 90 teníamos precios que rondaban los 190 euros.