“Detrás de cada botella de Matucos hay trabajo e ilusión”
¿Cómo surge vuestra relación con la viticultura?
Nuestra tradición con el viñedo se remonta al siglo XIX, nuestro bisabuelo paterno ya tenía lagares y una fábrica de aguardiente. Esta relación con las viñas y el mundo del vino se ha mantenido con los años.
A principios de los años 80, con la creación de la Denominación de Origen Ribera del Duero, comienza un nuevo desarrollo de la viticultura en la zona al que nos sumamos con la plantación de viñedo en diferentes zonas del municipio de San Martín de Rubiales.
Más tarde, en 1997, comenzamos a plantar en espaldera todo 100% tempranillo principalmente de clones tradicionales. Una tendencia, que cambiamos en 2003 cuando decidimos apostar por el clon 306 de tempranillo, más bajo en producción, pero con unas características excepcionales. El resultado que hemos obtenido ha sido excelente, por lo que desde ese momento, solo hemos plantado ese clon hasta llegar a las 70 hectáreas actuales repartidas en tres altitudes de entre 750 y 900 metros.
¿Cómo fue vuestro salto a la elaboración?
Comenzó en 2005, arrancamos en una época de precios bajos de la uva porque queríamos dar un valor añadido a nuestra producción.
¿Cómo ha sido la evolución de vuestros vinos?
Empezamos con vinos jóvenes y crianzas que poco a poco han ido evolucionado a vinos más complejos. Actualmente, nuestra gran apuesta es un roble con 6 meses de crianza en barrica que tiene una gran aceptación.
¿Qué vinos sacáis al mercado?
Los vinos producidos por nuestra bodega, son vinos impresos con un carácter muy personal, en total son tres.
MATUCOS ROBLE, del que producimos unas 16.000 botellas anuales, es un tempranillo 100% con 6 meses en barrica de roble francés. Vendimiado a mano, es un vino que en boca es franco, especiado y con post gusto prolongado.
MATUCOS CRIANZA, tiene una producción que ronda las 3.000 botellas y un envejecimiento de 12 meses en barrica de roble francés. La vendimia también es a mano y en boca se caracteriza por una entrada muy amable, con recuerdo de frutos negros y toques balsámicos.
El vino que llamamos MATUCOS VENDIMIA SELECCIONADA es el más representativo de la bodega y procede del pago “el Agujerón” donde cultivamos 2,5 has. de viñedo injertadas sobre 110R con el clon 306 de tempranillo. La orientación sureste de la parcela que hace que tenga una gran insolación, su topografía en suave ladera y el suelo superficial arenoso asentado sobre un suelo arcilloso a los 50 cm. de profundidad, hacen que se obtengan unas uvas de excelente calidad. Su producción anual es limitada, solo unas 1.000 botellas.
¿Cómo veis la evolución de la ribera del Duero?
La evolución de la Denominación de Origen Ribera del Duero esta siendo buena en gran parte por la labor de los viticultores muy preocupados por primar la calidad. Los viticultores están muy concienciados en buscar producciones más limitadas, pero de alta calidad, lo que redunda luego en la elaboración de unos excelentes vinos que llegan al mercado gracias también a una gran labor de las bodegas. Un trabajo conjunto que ha posicionado esta denominación en un lugar de prestigio.
¿Cuáles son vuestros principales mercados?
En total producimos unas 20.000 botellas anuales que distribuimos principalmente entre Madrid, Valladolid, Burgos y Barcelona. Siempre en contacto directo con nuestros clientes, nos gusta tener un seguimiento cercano para recabar su opinión.
¿Pensáis que hay que adaptarse a los gustos del mercado?
Sí, desde luego, de hecho es lo que estamos haciendo. El roble empezamos haciéndole 12 meses en barrica pero vimos que el mercado demandaba menos madera y lo acortamos con gran éxito a seis meses. El crianza también tenia un envejecimiento más largo de 14 meses que hemos reducido a 12 quitando algo de protagonismo a la madera y potenciando más la fruta.
En Ribera de Duero la estrella es el tempranillo, pero ¿cómo veis la introducción de nuevas variedades para buscar una diferenciación?
Creemos que admitir demasiadas variedades nuevas nos llevaría a globalizarnos demasiado. La diferenciación nos la da ahora el tempranillo, que nos identifica. Con la admisión de nuevas variedades seriamos muy parecidos a los demás, perderíamos parte de nuestra identidad. Dicho esto, entiendo que podría ser interesante introducir alguna de forma puntual para experimentar y buscar mezclas nuevas.
Jesús y Luis Amalio Esteban Valcabado en su bodega Los Matucos en San Martín de Rubiales. (Burgos).
El vino es emoción. Muchas veces el precio de la botella se multiplica exponencialmente en el canal HORECA. ¿Qué opinión tenéis al respecto?
Que siempre debe haber una racionalidad. La ganancia debe estar limitada de forma razonable para que cualquier persona pueda acceder a un bien como es el vino, cada uno en la gama y posición que se mueve en cuanto a calidad. Lo importante es que la gente lo pueda disfrutar pagando un precio justo.
¿Por qué tiene que haber una botella de Matucos encima de la mesa?
Detrás de cada botella de MATUCOS hay trabajo e ilusión. Hasta que se descorcha una botella, hemos puesto trabajo en la viña…plantando, abonando, podando, regando, tratando contra las enfermedades, etc, además de no dormir tranquilos por las heladas y pedriscos.
Una vez la uva entra en nuestra bodega, comienza una etapa de ilusión para que cada añada sea mejor que la anterior……reitero, detrás de cada botella de vino hay trabajo de un viticultor e ilusión de un bodeguero.
Más información:
Matucos
Ctra BU-131, Km. 4,800. 09317 – San Martín de Rubiales. (Burgos).
Tel.: 616 679 892/639 401 522.
Web: bodegalosmatucos.com
