GOZAI y BELOUKHA demostraron su eficacia frente a otros principios activos presentes en el mercado para el control de rebrotes en viña
Quintanilla de Onésimo (Valladolid) fue el lugar elegido por Belchim Crop Protection para celebrar su jornada técnica dedicada al control químico de rebrotes de patrón en viña. El evento congregó a técnicos de bodegas de las distintas denominaciones de Castilla y León.
La jornada, incidió en varios aspectos que podemos manejar para la obtención de ese “equilibrio vegetativo” que se traduce en “uva de calidad”.
La primera persona en intervenir fue Jesús Yuste, Doctor Ingeniero Agrónomo e investigador del ITACyL, que dio una visión general de la importancia de contar con un viñedo equilibrado. Su conferencia “Equilibrio del viñedo: consideraciones para aumentar su eficiencia fisiológica y productiva”, por su especial interés la reproducimos de manera íntegra:
La importancia de la uva en el proceso vitivinícola es algo indudable, ya que es la materia prima del mismo. Dado que el medio donde se desarrolla el viñedo y se produce la uva es distinto en cada situación, el objetivo para la producción de uva de alta calidad debe ser la búsqueda del equilibrio en el viñedo, puesto que “equilibrio” se traduce en “calidad”, de tal forma que se debe hablar de viticultura de calidad cuando se trata de viñedo equilibrado.
- Equilibrio Vegetativo
El conjunto de posibilidades de desarrollo de una variedad de vid en un medio vitícola determinado, que son capaces de hacerla vegetar y producir, se integra en un potencial de producción, denominado “potencial vegetativo”, que da lugar a producción de fruto, madera y calidad de uva, en un “equilibrio vegetativo” fundamental e interesante para el proceso vitivinícola. Las tres vertientes parciales de producción están íntimamente relacionadas entre sí, por lo que cualquier actuación sobre una de ellas repercute sobre las otras, de tal manera que así se abre la posibilidad de intervención en diversos sentidos para modificar el “equilibrio vegetativo” del viñedo, por ejemplo, favoreciendo o restringiendo el vigor de la cepa, o ayudando o reprimiendo el incremento de la producción de uva, dependiendo del objetivo general del cultivo del viñedo.
- Sistema de Conducción y Superficie Foliar
El sistema de conducción está constituido por el conjunto de operaciones que contribuyen a definir la distribución de la superficie foliar y de los racimos de las cepas en el espacio. Está definido por el resultado de la síntesis de dos grupos de operaciones:
– Modo de conducción: altura de tronco, tipo de poda, nivel de carga, sistema de empalizamiento (de sostén y de vegetación), operaciones en verde.
– Características de la plantación: densidad de cepas por hectárea (separación entre filas y separación entre cepas), orientación de las filas.
La importancia del sistema de conducción radica en que condiciona aspectos fundamentales del viñedo, relacionados mayormente con la superficie foliar, que es la responsable de la actividad fisiológica y fotosintética del viñedo, entre los que cabe destacar los siguientes:
– Superficie foliar, en cantidad, exposición y homogeneidad.
– Microclima de las hojas: intercepción de radiación, luz, temperatura, etc.
– Actividad fisiológica de la superficie foliar: transpiración, fotosíntesis.
– Microclima de los racimos: temperatura, luz, humedad.
– Manejo del viñedo: mecanización, intervenciones manuales.
– Características del desarrollo vegetativo.
– Características de la uva.
- Objetivos de la Superficie Foliar
La conducción de la superficie foliar debe perseguir los siguientes objetivos:
– Maximizar la superficie foliar y exponerla bien para adecuar su actividad fotosintética.
– Obtener una vegetación poco densa, para tener buena aireación y evitar hojas ineficaces.
– Lograr un buen microclima luminoso de las hojas.
– Conseguir un adecuado microclima de racimos, para optimizar color, acidez, aromas, y reducir botrytis.
– Considerar la disponibilidad de agua para adecuar el consumo hídrico y que las hojas lleguen activas al período de maduración.
– Controlar el vigor, a través de la densidad de plantación, el portainjerto, la carga de poda y las operaciones en verde para la regulación del crecimiento vegetativo.
En principio, a mayor cantidad de hojas bien expuestas, más posibilidades fotosintéticas y, por lo tanto, más rendimiento y más producción de azúcares, pero también más consumo de agua. El equilibrio se encontrará favoreciendo la superficie foliar adecuada a las posibilidades del medio, las exigencias de la variedad y los objetivos de la producción.
- Operaciones en Verde
La eficacia fisiológica, vegetativa, productiva y cualitativa de un viñedo responderá mayormente al manejo que se haga de su superficie foiar. Así, por ejemplo, un típico viñedo en espaldera tendrá un comportamiento anual que dependerá del manejo cultural que se le aplique durante el ciclo vegetativo. Dicho manejo debe incluir irremediablemente las operaciones en verde, que constituyen una herramienta directa y eficaz para la adecuación del viñedo a las condiciones medioambientales de cada año que facilitará la consecución de una producción de uva de la calidad deseada, según su potencial vegetativo.
Las operaciones en verde abarcan diversos aspectos, desde el control básico de la carga de poda hasta el control de la carga de cosecha en relación a la superficie foliar, pasando por la distribución de ésta, pero siempre bajo la perspectiva del equilibrio vegetativo-productivo.
- Equilibrio entre carga de Cosecha y Superficie Foliar
El equilibrio entre la carga de cosecha y la superficie foliar activa es fundamental para la producción y la maduración, y por tanto, la calidad de la uva.
El objetivo debe ser: adaptar la masa foliar, y por tanto el vigor de la cepa, al nivel productivo deseado en el viñedo, regulando la carga si es necesario, para favorecer la maduración de los racimos que soporta la cepa, facilitar la aireación y la penetración de la luz en el conjunto de la superficie foliar.
En situaciones de exceso de carga de cosecha es conveniente la aplicación del aclareo de racimos, cuya intensidad no se puede generalizar ya que en cada situación es necesario determinar dicha intensidad de aclareo en función del potencial vegetativo y del nivel productivo del viñedo, acorde lógicamente con el rendimiento que se pretende obtener.
El mantenimiento de una determina cantidad de superficie foliar y de una distribución adecuada de la misma es necesario para favorecer la maduración de la cantidad de uva que se pretende obtener en cada viñedo, pero el exceso de superficie foliar o la presencia de pámpanos cuyas hojas resulten excesivas o inadecuadas resulta un impedimento para optimizar la eficiencia fisiológica y productiva de la cepa, dada la competencia inoportuna por el consumo hídrico y nutricional que dichas hojas ejercen con respecto al resto de la superficie foliar. Por esta razón, el objetivo perseguido es la reducción de pámpanos y hojas ineficaces para mejorar la actividad fisiológica de la cepa y la maduración de las bayas y, en definitiva, la calidad de la uva.
- Espergurado y Eliminación de Rebrotes
Entre las operaciones en verde encaminadas a regular el equilibrio vegetativo-productivo de la cepa y optimizar la superficie foliar de la misma, cabe destacar las de espergurado y eliminación de rebrotes, entendidos estos generalmente como provenientes del patrón o portainjerto.
Es una operación que consiste en la eliminación de brotes o pámpanos, para reducir la competencia vegetativa de la cepa mediante la supresión de hojas ineficaces y consumidoras, con el fin de optimizar el equilibrio productivo-vegetativo.
Los objetivos de la eliminación de rebrotes son: reducir la presencia de brotes y pámpanos inadecuados; estimular el desarrollo de los pámpanos que permanecen en la planta; eliminar pámpanos en situaciones no deseables; facilitar la aireación y la penetración de la luz en la cepa y facilitar la mecanización y los tratamientos fitosanitarios.
Esta operación debe realizarse pronto, para evitar heridas y competencia, cuando los brotes tienen entre 15 y 25 cm, pues si su realización es tardía se genera excesiva competencia y mala cicatrización, y si su realización es demasiado temprana resulta una operación delicada y arriesgada.
La operación de eliminación de rebrotes se puede ejecutar manualmente, pero actualmente también mecánica y químicamente, lo que permite aumentar la eficacia y el rendimiento operativo.
Ladillo: La eficacia de GOZAI y BELOUKHA
A continuación, intervino Christophe Desvals, director de marketing y desarrollo de Belchim Crop Protection España, que presentó las soluciones Belchim para la eliminación de rebrotes de patrón.
La primera de las soluciones herbicidas que se presentó fue GOZAI, compuesto por piraflufen-etil. Se trata de una sustancia de bajo riesgo que actúa exclusivamente por contacto sin translocación dentro de la planta y sin residualidad. Tras su aplicación, se produce una rápida necrosis y desecación de los tejidos vegetales (partes verdes).
La otra solución herbicida es BELOUKHA, cuya materia activa es de origen natural, ácido pelargónico. Clasificado como primer herbicida natural, actúa únicamente sobre las partes verdes de la planta produciendo un marchitamiento casi instantáneo (3 horas aprox.) y posterior desecación.
En ambos casos es de vital importancia la calidad de pulverización ya que al ser productos de contacto uno de los puntos clave es realizar una aplicación homogénea aumentando el tamaño de gota y de esta forma reducir la deriva para una mejor eficacia y una mayor selectividad.
Para hablar sobre calidad de pulverización se contó con la presencia de Sonia de la Asunción, Responsable Comercial de la empresa AAMS Ibérica, que presentó una ponencia sobre “La calidad en la pulverización”.
De la Asunción realizó una explicación básica sobre cómo mejorar las aplicaciones de fitosanitarios en el campo, destacando la importancia de la elección del tipo de boquilla en función del producto a aplicar, así como el cuidado y control de parámetros como la velocidad y la presión de trabajo. Se hizo una especial atención a la importancia de tener en los pulverizadores un manómetro de escala y rango adecuados, fácil de ver desde el puesto de conducción. Con respecto a las boquillas, se mostró una comparativa de la durabilidad de éstas en función del material del que están fabricadas, y cómo afecta su desgaste a la distribución del producto. La responsable comercial, recomendó para controlar los rebrotes de patrón en viña con el herbicida GONZAI, boquillas de chorro plano, anti-deriva (gota grande rellena de aire), que permiten trabajar a bajas presiones. Finalmente presentó las últimas tecnologías en boquillas de la marca Agrotop, como las HiSpeed y las boquillas de aplicación de dosis variable VR MKII que permiten mantener la misma presión de trabajo, y por lo tanto, el mismo tamaño de gota, aunque varíe la dosis de producto aplicado.
La jornada finalizó con una salida al campo, en el viñedo de Bodegas ARZUAGA, donde se pudo comprobar el comportamiento de GOZAI y BELOUKHA frente a otros principios activos presentes en el mercado para el control de rebrotes en viña, además de una demostración in situ de la máquina DHUGUES diseñada para aplicar este tipo de productos.
Los asistentes a la jornada se fueron convencidos de la efectividad de GOZAI y BELOUKHA, ya que, su eficacia es excelente incluso en situaciones extremas (rebrotes de más de 1 metro).