La campaña se ha desarrollado con normalidad, adaptando los periodos de recepción de las fábricas y la planificación de los arranques a las necesidades de los agricultores
Azucarera ha finalizado la campaña remolachera 2016/2017 en la zona norte tras la conclusión del segundo periodo de recepción y molturación en la fábrica de La Bañeza, en el que se ha obtenido una polarización del 18,4%. La campaña, iniciada el 10 de octubre, cierra con un aforo total de 1.615.068 toneladas procedentes de una superficie de 18.224 hectáreas, un 17,48% de riqueza media y un rendimiento de 99 toneladas de remolacha tipo por hectárea.
La actividad se ha desarrollado con normalidad gracias a la planificación de los arranques y se han obtenido unos resultados satisfactorios teniendo en cuenta el exceso de precipitaciones que provocó dificultades en las labores de preparación del terreno y siembra. En respuesta a esta situación y para adaptar los arranques a las necesidades de los agricultores, Azucarera ha calendarizado los periodos de recepción de las fábricas, garantizando la recolección de la raíz en el momento óptimo.
La fábrica de La Bañeza, la última en finalizar la molturación, ha recibido tras sus dos periodos de recepción, un total de 372.530 toneladas de remolacha con una riqueza media del 17,66% y un rendimiento medio de 82 toneladas por hectárea. Por su parte, la fábrica de Toro, cuyo fin de campaña se produjo el pasado 1 de enero, ha alcanzado las 862.708 toneladas de raíz líquida con un 17,40% de polarización y un rendimiento medio de 106 toneladas por hectárea. En la Azucarera de Miranda de Ebro, que finalizó su actividad el 9 de enero, se han entregado 379.830 toneladas de remolacha con una riqueza del 17,48% y un rendimiento medio de 103 toneladas por hectárea.
Según Salomé Santos, Directora Agrícola de Azucarera, “la campaña 2016/2017 ha superado las expectativas que existían en su inicio gracias al buen hacer de los remolacheros y la estrecha coordinación con Azucarera. Este resultado pone de manifiesto, una vez más, la solidez de la apuesta por el cultivo de la remolacha en Castilla y León y su potencial de crecimiento en el medio y el largo plazo”.
