Esta asociación celebró otra interesante jornada que también abordó la pulverización eficiente o el manejo integrado de enfermedades
El Hotel Sercotel de Valladolid, acogió una nueva jornada técnica de la Asociación Vallisoletana de Agricultura de Conservación (AVAC).
La primera parte de este evento se centró en el cultivo y comercialización del cáñamo. Mª José Garcia Vicente y Joaquín Argal de la empresa Manuela Gem Lap S.L. ofrecieron su visión sobre el manejo de este cultivo.
Mª José Garcia Vicente explicó que la planta del cáñamo se viene cultivando desde hace 12.000 años al igual que el trigo. En España el cáñamo es introducido por los árabes en el año 1.150 para la producción de papel. “En España se aprueba de nuevo el cultivo en 1.999 con fines industriales por Real Decreto ley. 1729/1999.”, señaló.
Los materiales de cáñamo no sólo son una alternativa más sostenible, sino que en muchos casos son una opción mejor que los materiales de uso convencionales.
Este cultivo es una alternativa muy sostenible. El cáñamo es una planta cuyo cultivo necesita la mitad de agua que el algodón. Además, produce tres veces más cantidad en la misma superficie. “Sumándole el hecho de que se cultiva sin uso de pesticidas, y que evitamos el uso de plantas transgénicas, podemos tener una sostenibilidad a través de este cultivo muy importante”, remarcó.
Tras la introducción de este cultivo por parte de Mª José Garcia Vicente, Joaquín Argal ofreció algunas directrices fundamentales para el cultivo del cáñamo.
El cáñamo requiere suelos fértiles y profundos con relaciones aire/ agua reguladas, ricos en nutrientes y humus, suelos donde se puedan cultivar trigo y remolacha azucarera de manera sucesiva. “El pH óptimo es de 7.0-7.6, no se recomiendan suelos con pH <6.0”, señaló Argal.
Generalmente, el cáñamo no es susceptible a un cultivo previo en el mismo lugar. “Los mejores cultivos anteriores para el cáñamo son: cultivos de raíces con abono (tener cuidado con el suministro de nitrógeno mineral, equilibrado), leguminosas perennes y cereales menores”, explicó el representante de Manuela Gem Lap.
En lo que respecta a la labranza, los responsables de esta empresa comentaron que la labranza básica del cáñamo consiste en arar en otoño a una profundidad de 25-30 cm (almacenamiento de las precipitaciones de otoño e invierno). Mientras que en primavera debe limitarse a aflojar la capa superior del suelo, cubrir los fertilizantes, destruir las malezas germinantes y mantener la estructura desmenuzada del suelo (rastrillado, grada).
Con respecto a la fertilización del cáñamo, los responsables de Manuela Gem Lap S.L. comentaron que depende de la fertilidad del suelo. “Por regla general, Nitrógeno (N) 50-80 kg/ha relación de N:P:K = 1:0.8:1 . “La falta de fósforo, potasio y calcio provoca una clara reducción en el rendimiento de la semilla y la rotura de los tallos de la planta. Cantidades excesivas de nitrógeno hacen que el período de vegetación se alargue y que las plantas se vuelvan más exuberantes” comentó Joaquín Argal.
En suelos acidificados, se recomienda la alcalinización: 1.5 t/ha (suelos más ligeros) – 2.0 t/ha (suelos más pesados) de CaO aplicados con arado superficial o arado de invierno.
pH <5 – alcalización necesaria
pH <6.0 – alcalización recomendada
Si el pH del suelo es inferior a 6.0, no se recomienda el cultivo de cáñamo. Se recomienda el uso de carbonato cálcico.
Desde Manuela Gem Lap S.L. también dieron unas indicaciones con respecto a la siembra. “El cáñamo no es susceptible a las heladas en el suelo, la siembra debe ocurrir al final de la siembra de los cereales de primavera. Cuando la temperatura promedio del suelo sea de 8-10º, ya que una temperatura suficiente del suelo elimina pérdidas excesivas de plantas germinantes” explicó Joaquín Argal.
La profundidad de siembra ideal sería a 2-3 cm (4 en condiciones muy secas) mientras que la dosis de siembra estaría a 20-30 kg/ha, con un espaciado entre hileras de 15-20 cm.
Cosecha
La cosecha debe llevarse a cabo en plena madurez de la planta, cuando las semillas maduran en el medio de la panícula.
El retraso de la cosecha causa dispersión de semillas y pérdidas por la alimentación de las aves, enfermedades y reducción de la calidad de las semillas. En condiciones climáticas lluviosas, las semillas pueden brotar en el tronco.
En caso de que toda la plantación no se coseche entre hora y hora y media, el tanque de semillas en la cosechadora debe vaciarse, ya que la semilla puede calentarse, lo que puede hacer que los parámetros de la semilla empeoren.
Respecto a esta fase del cultivo, Joaquín Argal explicó que las semillas de la cosechadora deben entregarse inmediatamente al secadero y secarse con aire a la temperatura de 30-40º al nivel de 8-15% del contenido de humedad. “Las cosechadoras con cabezal de flujo de potencia y tambor de trilla de gran diámetro permiten limitar las pérdidas de semilla. El espacio en la sección de trilla debe establecerse para asegurar el flujo sin problemas de la biomasa por un lado y la trilla eficiente por el otro”, señaló
Joaquín, también, recomendó que la velocidad de rotación del tambor de trilla se ajuste lo más bajo posible: 400 rpm, e incluso menos si es posible. “Todos estos parámetros deben ser vigilados de cerca y corregidos según sea necesario para asegurar la trilla eficiente de semillas”.
Tras la explicación sobre el manejo del cultivo del cáñamo intervino, Jesús Vázquez, doctor e ingeniero agrónomo, por la Universidad Politécnica de Madrid, que ofreció una conferencia sobre “las claves técnicas de la pulverización para el uso eficiente de productos fitosanitarios”.
La jornada se cerró con la intervención de Marcelo Carmona, Profesor titular de fitopatología de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, que habló sobre el Manejo Integrado de enfermedades bajo siembra directa.