Es posible que algún día tengamos que justificar una retención efectiva de carbono en los suelos
Por Carlos Garrachón Arias de AVAC
Hace tiempo nuestro querido amigo José Luis Hernanz Martos, catedrático de la UPM, Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes, aceptó la invitación de AVAC para darnos una charla sobre el Strip-Till. El favor que le pedíamos era que nos hablara sobre las técnicas disponibles para eliminar las labores de Chissel que parecían indispensables para poder alternar el cultivo de girasol con el de los cereales y leguminosas, es decir, pretendíamos llevar a la práctica la siembra directa continuada bajo cubierta, perpetuada en el tiempo sin interrupción. Posiblemente recordarán un artículo sobre el laboreo en bandas publicado en esta misma revista hace varios años.
Muchos agricultores de transición, remisos a aceptar la teoría al completo, aseguran que “no hay nada mejor que arar a vertedera cada tres o cuatro años”, y para hacerlo, la mejor cuartada es la alternativa con el cultivo de girasol. Respetando las condiciones particulares de cada uno, lo cierto es que esta práctica mencionada de “paso y marcha atrás”, supone destruir periódicamente los avances conseguidos en años anteriores a nivel de suelo. Este suelo por su parte, no solo encajará todo lo que le hagamos (no puede salir corriendo), sino que se volverá adicto y pedirá de nuevo el mismo trato en años sucesivos al carecer de una estructura adecuada.
La máquina llamó al instante la atención de los presentes por su complicado y sencillo tren de siembra. Este aparato traído por la firma SOLA dispone de seis cuerpos. Cada uno lo encabeza un disco abridor, seguido por dos más que barren hacia fuera la cubierta de restos de cosecha para ser recogidos nuevamente por otra pareja en modo desfasado para no arrastrar la cubierta. Con esto ya tenemos acondicionado un ancho de banda a baja profundidad, que se soleará y tomará temperatura, imprescindible para una buena nascencia de la pipa. Tras esta operación viene un a reja de profundidad variable acabada en su punta por una “T” invertida, que marca el espacio para ser recorrido por la futura raíz. El aparato incluye una conducción para dejar fertilizante en el interior del surco de manera que la raíz, al crecer, pueda encontrarlo en su camino.
El ingenio viene seguido de una sembradora mono-grano, con la intención de que el agricultor pueda combinar sus elementos en todo momento y según su estrategia de siembra directa “Todo en uno”, o diferida;
La tecnología GPS disponible actualmente para da pie para que, con un mapa en la pantalla, se pueda copiar el recorrido de un apero doblando el pase al centímetro, con el decalaje deseado en el espacio temporal.
En su visita, José Luis nos hizo conocer una publicación del año 1950, con el titulo: “La nueva agricultura según Faulkner” era evidente que el Estadounidense Eduard H Faulkner iba por delante aprox. 1945, con su libro “La locura del agricultor arador” donde ya predicaba la Agricultura de Conservación. La charla versó sobre este apero de laboreo de bandas, que existía, aunque no estaba a la venta en España. Su aplicación en diferido era complicada de llevar a efecto a pesar de nuestro deseo de usarlo. Hoy en día hay navegadores y auto-guiado en casi todos los tractores, hoy se necesita la siembra continua sin interrupción entre campañas.
Es posible que algún día tengamos que justificar una retención efectiva de carbono en los suelos, por un periodo que abarque varias campañas y que, necesariamente contenga una campaña de girasol o cualquier mono-grano en calles, pero estas no han de ser labradas, ni lo serán. Hoy se puede hacer, el concepto de cultivar raíces pivotantes y profundas en Agricultura de Conservación ya estaba y ahora es el momento de llevarlo a cabo.
Gracias J Luis, ya ves que nada es en vano.
